Jessica enterró a su bebé el pasado 19 de septiembre, después de tener que interrumpir su embarazo de cinco meses por graves problemas en la salud de la niña que esperaba. “Fue durísimo, es un dolor que me acompañará siempre”, dice a elDiario.es. Después del entierro fue a trabajar, no se cogió ningún día “para no faltar” a su puesto como limpiadora en el hotel H10 Marina de Barcelona, de cuatro estrellas. Días después, el 30 de septiembre, fue despedida de manera disciplinaria por bajar su rendimiento, según la empresa, continuada y voluntaria
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