Murió en 31 y en diciembre del 36, mientras se mataban en España "los hunos y los hotros", como contó en esa suerte de apuntes que publicarían póstumamente bajo el título El resentimiento trágico de la vida. Pero es 31 y es diciembre. 1936. Nieva en Salamanca -hay quórum entre las fuentes- y nieva sobre el caserón de la calle de Bordadores. Don Miguel de Unamuno muere, mal abrigado, con el pie ardiendo en la estufa y oliendo a quemado; como dentro de esa intrahistoria que él mismo famoseó.
|
etiquetas: unamuno , españa , muerte , reportaje