La mujer dormía en el asiento trasero del coche, pero se despertó al parar en la estación de servicio y decidió salir del coche para comprar unas galletas. Su marido volvió a emprender el viaje antes de que la mujer volviese y no se percató de su ausencia hasta que se alejó casi 100 kilómetros del lugar. El hijo de catorce años de la pareja se encontraba en el asiento delantero del coche pero tampoco se dio cuenta al ir distraído con el móvil.
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