El ladrón tenía 50 detenciones anteriores por robo con violencia, llevaba alicates con los que cortó el vallado, un cuchillo, linterna, e iba encapuchado. Pero le dijo a la jueza que solo había entrado a pedir una manta, de modo que la Guardia Civil detuvo y fichó al dueño que había disparado al aire, imputándole un delito de lesiones. Para colmo, el ladrón advirtió que "eso no quedaba así".
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