Estudios universitarios y vídeos de TikTok establecen relaciones entre la posesión de felinos y ciertos rasgos de masculinidad o feminidad. Un joven muestra en TikTok a su gato restregándose sobre su torso desnudo. Otro chico publica en su cuenta, con casi 30.000 seguidores, casi exclusivamente vídeos en los que sostiene a su gata. Una muchacha graba a su pareja abrazando a un felino bajo el rótulo “sabes que es bueno si hace que un gato se relaje en sus brazos”. Y así cientos de vídeos bajo los hashtags
#catguy y
#catdad.