La Policía Local de Pontevedra tuvo que realizar durante la madrugada de ayer diversas pruebas de alcoholemia e intervenir en conatos de pelea sin mayores consecuencias, pero sí fue partícipe de una curiosa situación en la calle Benito Corbal, cuando una persona con evidentes síntomas de embriaguez se subió a un coche patrulla aparcado en la calle pensando que era un taxi. Los agentes necesitaron varios minutos para convencerlo de que abandonara el coche.
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