El predicador marroquí-holandés Al Alami Amaouch no es santo de devoción de nadie en Benelux. El Gobierno de Holanda aplaudió hasta con las orejas al ver que el imán marchó a ejercer en una mezquita en Bélgica hace ya 11 años. Un dolor de cabeza menos, pensó más de uno. Pero a finales de 2016, los belgas lo mandaron de vuelta a casa porque lo consideraron “incontrolable” y estaban hartos de sus fechorías.
|
etiquetas: holanda , isis