Sandbrook ha enfatizado que las armas nucleares son "armas de debilidad". "El precio por usarlas es tan alto, sobre todo por el riesgo de represalias masivas y por la posible destrucción de la civilización, que ningún líder vagamente cuerdo lo consideraría, a menos que su país se enfrente a un desastre total", ha escrito el historiador británico. He ahí el problema. A su juicio, en estos momentos la decisión de apretar el botón rojo recae sobre un único hombre: Vladimir Putin.
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