Un par de hombres se acercaron a la casa de los Rojo en busca de otro hermano más, que se encontraba con su tía en esos momentos. "Cuando lo vieron le dijeron que se anduviera con ojo no fueran a volver a por él, que le tenían ganas. Ese niño tenía 12 años y era mi padre. Ese miedo se le quedó de por vida", cuenta María Jesús Rojo.
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