"Un matrimonio sin descendencia es como un jardín sin flores", espetó hace años un amigo a Carmen, sin preguntarse siquiera por qué no quería tener hijos a pesar de llevar décadas de convivencia con su pareja. Ella no quiso entrar a explicarle sus motivos. "Es nuestra decisión, así entendemos la vida y así la disfrutamos: sin hijos", reflexiona esta funcionaria. Esta elección, considerada incluso anómala en el pasado, es cada vez más frecuente, aunque todavía minoritaria, entre las parejas españolas.
|
etiquetas: hijos , parejas , sin hijos , dink