Completamente destrozado y utilizado como donante de esperma. Así se siente Santiago Moraleda, de 35 años, vigilante de seguridad y gran amante del campo. El próximo mes de julio iniciará una huelga de hambre como medida de protesta para evitar que su expareja se marche con su hija y su marido a Panamá. La historia de Santiago podía haber sido un bonito cuento de esos que prometen un final feliz, pero se truncó y se convirtió en una auténtica pesadilla.
|
etiquetas: social , niños robados , sucesos , denuncia