Al filo de la medianoche, un ruido llamó la atención de unos agentes que patrullaban por la zona de la rambla de Guipúscoa, en Barcelona. Se acercaron y vieron dos camiones y 10 trabajadores, pertrechados con palas y picos, que se afanaban en acabar una zanja de un metro de ancho y un metro y medio de profundidad. Querían robar las tuberías de agua que van bajo tierra, hechas de hierro,...
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