Los asaltantes, debido a la suela lisa de sus lustradas botas, al intentar subir por las escaleras, resbalaban de mala forma al pisar las legumbres. Ello impidió que los sublevados pudieran acceder por la escalinata, ya fuera por las buenas o por las malas, y así, sin romper el alto el fuego, Dulce ganó un tiempo vital que evitó que las princesas fueran raptadas
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