Una crisis es un buen momento para discernir lo accesorio de lo necesario. Hubo un tiempo no muy lejano en el que en España cambiábamos el móvil cada dos años, el coche cada cuatro, cenábamos fuera de casa tres días en semana y había quien amarraba su perro con longanizas. Todo aquello pasó (para la mayoría) y el recorte también llega a los hogares: ¿en qué seguimos gastando y en dónde hemos metido la tijera del recorte particular? Lean, lean…
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