Hace unos días solicité mi baja en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Al recibir mi comunicación, me pidieron amablemente que explicara las causas de mi decisión. Y les redacté y envié el texto que pueden leer a continuación. He reflexionado mucho acerca de si debía o no hacerlo público, lo he consultado con distintos colegas de profesión y finalmente he decidido publicarlo. Lo hago porque pienso que es sano abrir un debate sobre el papel de este organismo, que nos pertenece (o debería pertenecer) a todos los los periodistas.
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