Cuando nos sacamos sangre para una analítica, la persona que nos hace la extracción siempre dice que nos presionemos durante cinco minutos. A veces ponen una tirita para evitar que salga demasiada sangre. En otras ocasiones simplemente nos dejan un algodoncito para que presionemos. Sea como sea, a veces hay que conducir inmediatamente, o no queremos ir por la calle con la manga subida en pleno invierno, o simplemente nos parece un incordio andar sujetándonos. ¿Y qué pasa? Que los cinco minutos se convierten en 30 segundos (...)
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etiquetas: presión , sangre , hematoma
Y aquí el resto:
Cuando nos sacan sangre, utilizan una aguja intravenosa, que alcanza las paredes de las venas y penetra en ellas para extraer su contenido. Al sacarla, el orificio generado puede provocar la difusión de sangre en el tejido subcutáneo. Como resultado, este se acumula y puede acabar dando lugar a un hematoma.
Cuanto más se deje fluir esa sangre, mayor será el hematoma. Sin embargo, si presionamos la herida de la aguja, evitaremos que esto ocurra. Básicamente, porque, como mucho, la sangre se acumulará en un punto, pero no se extenderá por el brazo.