Decidió morir en la silla eléctrica, aunque las autoridades habían determinado que moriría por una inyección letal. David Earl Miller, un preso del estado de Tennessee (Estados Unidos) fue electrocutado el jueves luego de pasar 36 años en el corredor de la muerte, confirmó el Departamento de Correccionales de ese estado. Esa fue su voluntad al alegar que una inyección letal -el principal método de ejecución del estado- implicaría mucho sufrimiento.
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