Aunque Benedicto XVI reconoció que luchar contra la falta de alimentos en una tarea "difícil", reiteró que "nadie puede quedarse impasible ante la llamada de aquellos que pasan hambre". El "gran desafió de hoy es el de globalizar no sólo los intereses económicos y comerciales, sino también las expectativas de la solidaridad", indicó. Relacionadas:
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