Hace décadas que se busca una explicación científica para entender por qué algunas personas pueden beber simplemente una copa y, sin embargo, otras sienten el impulso de seguir con la segunda, la tercera... Es lo que se conoce como consumo compulsivo. Un fenómeno que, por alguna razón desconocida hasta la fecha, no le afecta a todo el mundo. Ahora, un grupo de investigadores ha encontrado en un circuito neuronal la llave a esta incógnica que podría abrir la puerta a una nueva vía de tratamiento para este tipo de adicción.
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