El afortunado niño, de tan sólo 4 años, recibió la golosina como premio por terminarse un plato de guisantes. Los Seca son una familia sencilla que nunca imaginó que un huevo de chocolate pudiera cambiarles la vida.Sergio, el cabeza de familia, se encuentra desbordado por los acontecimientos pero accede a contarme la historia en primera persona. Todo empezó hace ya unos 15 días cuando el pequeño Raúl obtuvo un Kinder Sorpresa como recompensa por terminar un plato de verdura.
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