Lucia decidió hace un mes iniciarse en el negocio del sexo de pago. Las razones: la combinación entre el paro y la acumulación de deudas. «Perdí mi empleo y, poco a poco, entre los gastos y la hipoteca de la casa se agotaron mis ahorros. De pronto, vi que estaba viviendo de las tarjetas de crédito. La situación se hizo insostenible», cuenta Lucía, que para salir adelante, montó un negocio. «La verdad es que empieza a arrancar pero sale mucho más dinero del que entra. Si no hago algo, veo que lo perderé todo: mi casa y mi negocio"
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