Una persona se baja de un coche y advierte, al propietario del automóvil aparcado, que un taxista se ha bajado de su vehículo y que cree que le ha pinchado una rueda. Efectivamente la rueda no está pinchada, sino rajada lo que implica la sustitución de la cubierta y la llanta, el gasto de 120 euros y la imposibilidad de llegar a la cita comercial por la que se había emprendido un viaje de 500 kms...
|
etiquetas: maldad gratuita , carretera , taxi , vandalismo , madrid