Si usted tiene don de gentes, una mente retorcida y ganas de liarla, fundar una sociedad secreta o una secta puede ser una interesante opción de autoempleo en estos tiempos de crisis... y una fuente de placeres inconfesables. Además, esta salida profesional comporta ventajas fiscales, pues si se inscribe como Asociación Cultural está exenta de presentar el temido Impuesto de Sociedades.
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