La Guardia Civil se equivocó de piso y tiró abajo la puerta que no era, la de un matrimonio que dormía plácidamente, al que le dieron el susto de su vida, además de destrozarle la entrada de la casa. Francisco y Pilar, ella muy dolorida, permanecieron en el suelo boca abajo, durante diez minutos que les parecieron horas. Hasta que uno de los agentes gritó, «¡Que nos hemos equivocado de vivienda!, ¡vámonos!». Se habían equivocado de piso.
|
etiquetas: guardia civil , cgpj , vivienda , droga , irrumpir