Esta valoración implícita de nuestro tiempo da medida de la mala gestión de un gobierno. El valor añadido que le falta a nuestra economía no se consigue mediante ahorros que perjudican la competitividad. El equivalente exagerado sería ir a pie todas las mañanas al trabajo para ahorrar combustible. No sería rentable. Para producir hay que consumir y hay que hacerlo con la mayor eficiencia posible. Gastar menos para reducir el valor añadido que producen nuestras horas es un mal negocio.
|
etiquetas: gobierno , hora , trabajo , euros , tiempo , productividad , velocidad