El mareo es lógico después de tantas vueltas. Y, aunque cueste personalizar una sensación en algo que se llama mercado de deuda, el colocón es importante después de otra jornada –y van dos– de ataques sistemáticos a Estados soberanos como España o Italia. Cada vez que Alemania emite deuda –para financiarse, como hacen todos los países– paga un tipo de interés determinado, muy bajo, a los que adquieren esos bonos. España habría tenido que abonar ayer el doble de haber realizado alguna emisión.
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