A David House le confiscaron su ordenador portátil, una llave USB, una cámara de vídeo y el teléfono móvil, cuando llegó al aeropuerto de Chicago de un viaje a México. Al decidido activista le impidieron coger un vuelo de conexión a Boston y fue conducido a una sala de detención, donde dos agentes de las unidades especiales del FBI (Task Force) procedieron a interrogarle durante 90 minutos.
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