Tras la Inspección de Trabajo y ante el acoso por su política laboral por parte de los sindicatos, la compañía ha optado por una línea más directa. El hecho de cobrar a los repartidores quiere convertir su relación en una cesión de servicios. Uno - los "riders" - se dan de alta de autónomos, otro - Glovo -, proporciona los clientes, y los riders pagan a Glovo. Queda claro que son dos empresas: ¡muerta la inspección! Ni aún así está claro que esta decisión sobre la naturaleza de sus servicios les exculpe de hechos pasados ante la Inspección.
|
etiquetas: riders , glovo , laboral , trabajo