El 'reality' Gran Hermano pasa por horas bajas en el transcurso de su duodécima edición en España. Sus audiencias no responden y el montaje sexual entre dos de sus concursantes ha hecho caer la imagen del programa dirigido por Mercedes Milá. Los dos millones y medio de audiencia que el programa ha cosechado en su última gala (18,7%) quedan muy lejos de sus registros habituales. Ni siquiera con los escándalos protagonizados por sus concursantes se ha conseguido revitalizar el programa.
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