Turnos de una hora, clientes sexagenarios que pretenden, aunque sea químicamanete, refutar el calendario, matrimonios que escapan de la burocracia hogareña, promociones para el post boliche: a punto de cumplir 75 años, los hoteles alojamientos, o telos, se renuevan en busca de conservar su lugar como pieza irremplazable de la ingeniería sexual de las ciudades. Estigmatizados, cargados durante mucho tiempo de una simbología ligada a la sordidez o a cierta marginalidad, los telos han ido cambiando su reputación con los años.
|
etiquetas: viagra , sexo , clientela 
