Aunque no puedan reconocer nuestro rostro, lo que sí pueden reconocer es nuestra voz, el timbre con el que nos dirigimos a ellos (cuanto más agudo mejor) o incluso nuestra forma de andar a través de los sonidos de nuestros pasos. Además de esto, los gatos también son animales bastante intuitivos y sensibles a nuestro comportamiento y también pueden ser capaces de reconocer nuestras emociones y sentimientos, evidencia de ello es que cuando estamos felices y de buen humor nuestro gato también suele estarlo.
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