Los ingenieros han sabido por décadas que existen inmensas reservas de gas atrapadas en rocas de esquisto, pero no eran rentables. Ahora han encontrado una manera de hacerlo y el gas de esquisto está siendo considerado como el salvador de la independencia energética de EEUU. El gas de esquisto ha ayudado a que los precios del gas consumido se reduzcan a un tercio y se genere la mitad de CO2. También ha sido acusado de envenenar los suministros de agua, matar ganado, desestabilizar el paisaje y de entorpecer la financiación de renovables.
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