La deuda del Ayuntamiento de Madrid, aunque en silencio, lleva mucho tiempo ahogando a los proveedores del Consistorio. Grandes y pequeñas empresas que, en muchos casos, basan sus ingresos en lo que mes a mes les paga la Corporación de Alberto Ruiz-Gallardón, las están pasando canutas. La construcción de la M-30, la crisis económica y la gestión financiera del Consistorio se ha querido cebar con ellas primero. El límite legal para pagar a esos proveedores es de 60 días.
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