"Casi no había podido hacerlo nunca. Cuando perdimos la jornada laboral de 35 horas y volvimos a las 37,5, en 2012, mi hija Covadonga apenas tenía un año y todavía no iba al colegio, pero ahora, que acabamos de recuperar las 35 horas, me da tiempo a salir de trabajar y llegar a recoger a mi niña del colegio. Es recuperar calidad de vida"
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