Forman un corrillo taurino entre el Alcázar y el Archivo de Indias en el que torean a la vida y planean una expedición que marcará sus biografías. Son seis novilleros sevillanos que han rehusado a seguir viendo pasar los días sin escuchar el sonido de sus teléfonos. Llamadas que no llegan. Ilusiones que se resquebrajan por no escuchar esa melodía que precede al anuncio de una fecha y un lugar. Chiquillos que sintieron su propia resurrección cuando vieron una oferta que ofrecía sesenta puestos para formar parte de un certamen internacional.
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