Francia aparentó serenidad esta semana ante el anuncio del cierre de las centrales nucleares alemanas. Pero poco duró esa compostura ante la fuerte onda expansiva de la decisión. Francia se prepara ya para exportar más una electricidad, que será más cara, durante el periodo de transición alemán. Y, para el medio plazo, gana la idea de reducir, también en Francia, el peso hasta ahora aplastante del sector electronuclear.
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