Un sobreviviente del terremoto lleva en andas a su perro, a lo largo de una calle devastada por el terremoto de Chile. "Toma mi foto con el perro", me dice. La tomo como si me lo ordenara, viendo que su cara muestra un tremendo dolor. "Perdí mi casa, el mar se llevó a mi hijo y mi esposa, y esto es todo lo que quedaba. No puedo dejar el perro aquí. Era de mi hijo". Hace una pausa. "Encontré a mi esposa (viva) pero mi hijo sigue desaparecido". Antes de que termine bajo la cámara y lloro. Técnicamente es mala, pero es la mejor foto que jamás tomé
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