En 1916, mientras se perforaba un pozo en busca de agua para cultivos en el estado norteamericano de Nevada, las máquinas dieron con una bolsa de agua subterránea a 200 ºC de temperatura. Los técnicos decidieron tapar el pozo y allí quedó. Pero casi medio siglo después las aguas calientes geotérmicas encontraron un punto débil en el viejo conducto sellado y empezaron a salir disparadas hacia arriba. Poco a poco se fue creando en torno al geiser una plataforma de concreciones calcáreas y tres curiosas figuras que recuerdan Budas multicolores.
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