Al parecer el flúor es un residuo de la fabricación del aluminio. Para eliminarlo, algunos gobiernos lo vierten al agua potable en pequeñas y "saludables" dosis. En realidad es casi tan venenoso como el arsénico. Provoca fluorosis, producción de células cancerígenas y aletargamiento. También forma parte de muchos dentríficos y tranquilizantes.
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