Un melancólico, meditabundo y cabizbajo Luke Skywalker contempla el atardecer sobre el horizonte de Tattoine. Mientras sueña con aventuras espaciales y con alistarse en las filas de las fuerzas rebeldes que luchan contra el malvado Imperio, los dos soles de Tattoine siguen con su camino imparable hacia el ocaso, el doble ocaso. ¿Quién no recuerda esta escena de La guerra de las galaxias (como se llamaba en mi época), también conocida como Star Wars IV: A New Hope? Aunque ya han pasado 33 años, sigue en las mentes de todos los aficionados...
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