Las empresas de lo exclusivo se pelean por ejecutivos especializados en productos cotidianos. Ellos conocen mejor al consumidor. ¿Puede un hombre que vendía helados comercializar vestidos de alta costura? ¿Es válido un ejecutivo que vendía pañales para liderar un imperio que fabrica algunos de los relojes más exclusivos del planeta? ¿Qué hace un directivo de una empresa que comercializa yogures en la casa de maletas más famosa y lujosa del mundo? ¿Se vende igual una cuchilla de afeitar que un traje de diseño?
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