Finnwatch ha constatado abusos laborales, «el tráfico de personas, el trabajo infantil, los bajos salarios y otras violaciones graves» que existen tanto en las procesadoras de túnidos como en las que fabrican bebidas de piña que comercializan sus productos en toda Europa. La constatación de estos abusos laborales serán un elemento más en la cruzada de las conserveras gallegas para impedir que la Unión Europea derribe todas las barreras arancelarias al atún de Tailandia.
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