Nos prometían un trabajo seguro, un dinero a fin de mes y un futuro cargado de opciones porque habríamos llegado a convertirnos en ese “alguien”. El trato parecía ventajoso, a cambio de dedicar unos años de tu vida al noble arte de la educación, obtendrías toda una serie de beneficios que se mantendrían no sólo a lo largo de toda tu vida, sino que con los años incluso mejoraría. A día de hoy el mito se desmorona, no tenemos un trabajo, un dinero a fin de mes ni un futuro cargado de opciones.
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