Bajo la capa filosófica (que no taurina) el autor opina sobre la prohibición de los toros en Cataluña, argumentando que "la vida de los toros es principesca. Y su muerte luchando en la plaza no desmiente ese privilegio, lo mismo que seguimos considerando en conjunto afortunado a un millonario que tras sesenta o setenta años a cuerpo de rey pasa su último mes padeciendo en la UCI." Créanme, no volveré a recomendar "Ética para amador" en las aulas. No, sabiendo las tendencias de este autor. Lástima...
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