Los manifestantes no son miles, ni es una revolución. Aunque da para muchas fotos emblemáticas. Es un episodio más de una de los mayores dramas de Estados Unidos: las relaciones raciales. Este verano hubo al menos dos casos similares más. El más dramático fue el de Eric Garner, en Staten Island, Nueva York. Garner vendía cigarrillos en la calle. Le habían detenido ya varias veces. Iban a hacerlo otra vez. Pero Garner se resistió y un agente le agarró del cuello. Garner tenía asma, gritó “no puedo respirar, no puedo respirar”, y murió.
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