Roger Federer, con su consistencia habitual, cerró el camino de la final del serbio Novak Djokovic (7-6 (3), 7-5, 7-5), incapaz de mantener el pulso en los momentos decisivos. El balcánico, que buscaba su segunda final en Nueva York tras la de 2007 (derrota con el helvético), lo intentó, pero se encontró con un número uno del mundo que olvidó dudas de partidos anteriores y esperó sus oportunidades.
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