En 1961, la Convención Única sobre Estupefacientes proclamó a "los estupefacientes como indispensables para mitigar el dolor" y los países deben asegurar su disponibilidad para ese fin. Casi 50 años después, la promesa de ese acuerdo continúa pendiente, en especial en países de ingresos medios y bajos. En 2008, la OMS calculó que casi el 80% de la población mundial no accede al tratamiento del dolor. Por año, millones de personas sufren dolores intensos, entre ellos pacientes con cáncer y con VIH/SIDA. Informe de Human Rights Watch.
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