Los dueños de un chalé en Poio, al que solo iban en verano, descubrieron gracias a una red social que el hijo de la guardesa organizó un sarao para 350 personas. La casa es de ensueño y la fiesta no lo iba a ser menos. Pero no pudo ser. Cuando ya iban 250 entradas vendidas y el organizador se frotaba las manos aparecieron los dueños del chalé, que llamaron a la policía y a la Guardia Civil para que los asistentes se fueran con la fiesta a otra parte.
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