Si no te sorprende que sea más normal encontrarte a tu vecino en la playa que en el portal, que nadie te pida perdón cuando se choca contigo en el metro, el olor a pis de Malasaña los domingos o que las escaleras de la estación de Plaza de España parezca que desciendan al Inframundo es que llevas el tiempo suficiente viviendo en Madrid como para considerarte madrileño. Pero reconócelo, cuando llegaste a la capital te dejaron en shock ciertas cosas.
|
etiquetas: madrid , turismo , viajes