Jon Barquiel es un hombre destrozado. Lleva tres meses sin poder abrazar a su hijo Unai, que en unos días cumplirá 5 años. En diciembre, su expareja huyó con él desde Ermua hasta su país de origen, Venezuela, sin avisarle de sus intenciones, sin dejarle ni siquiera despedirse del niño. Se enteró por teléfono cuando Unai ya estaba en Maracay, a miles de kilómetros de distancia de su padre, de su escuela, de sus amigos. En esa llamada, su exmujer le anunció que no tenía intención de regresar jamás a la localidad vizcaína, ni ella, ni tampoco Unai
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